El joven de este vídeo, como la mayoría de las personas en nuestro planeta, tiene un miedo terrible a los dentistas. Ni siquiera una anestesia fuerte pudo calmarlo. La enfermera tuvo que improvisar y distraer al paciente en el consultorio dental con una diligente mamada con saliva. Bueno, después de que le hicieron un empaste, una rubia caliente con un uniforme blanco le abrió su anal intacto y se dejó follar con condón justo en la mesa de trabajo de la clínica. Parece que ahora nunca tendrá miedo a los dentistas y acudirá periódicamente para recibir cuidados preventivos.